Saturno, Domingo... y otra vez Luna!

Los tiempos corren con sus inusuales ritmos,
el prisma condiciona al nuestro.
el reloj avanza continuamente,
pero la noche no se detiene y
estoy con la impresión de estar en medio de ningún dónde.

Los autos avanzan por las pequeñas carreteras de la ciudad,
el frío se hace cada vez más intenso.
No hay pesos en los bolsillos,
tengo ganas de mi cama en este momento.

Tengo la necesidad de escribir,
pero desde hace meses que las letras no consuelan
no llenan los sentidos inquietos de algo más.
La espera se hace cada vez más odiosa
y las letras no cumplen los antiguos roles.

Estoy en la mitad de un rumbo,
encima de la cabeza emplumados observan
errores, decisiones, preguntas y maldiciones
que emanan del interior.

Observo y no comprendo,
no sé leer bien y no entiendo la motiva.acción
las hojas de sus vidas pasan por nuestro lado
y las queman a todo momento
reproduciendo la dialéctica interna del ser humano...

En la mente las ideas se reproducen con inuscitada violencia,
se superponen unas a otras
algunas se escapan en el mental devenir
otras quedan dando vueltas por ahí...
pero lo pensado no es nunca empleado,
nos equivocamos en el 50 por ciento de nuestros NO actos.

El tiempo en los relojes avanza, pero la noche ha entrado en continua quietud
siento la hora porque mi cuerpo y mis ideas me dicen que ya basta por hoy.
Sí, basta por hoy pero no es suficiente
las mismas ideas volverán por la mañana.
Los textos no consolarán, seguiré sin entender y sin saber leer a los demás.
Los días pasarán y me veré en la misma cotidiana situación,
tratando de encender el fuego interno sin alguna chispa.