Cima das Serras Gaúchas
> Canyon Montenegro, hacia el fondo Santa Catarina y más allá el Océano Atlántico
> La huerta y la Pipa de Arca (con capacidad para 120 mil litros, usábase para hacer vino)
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> Casi 360 grados de amplio horizonte, he aquí un atardecer
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Cuando llegaron los europeos, encontraron una Tierra fértil
habitada por hombres y mujeres que, ante sus ojos, eran unos
ociosos. No acumulaban, no generaban riquezas, no producían,
sólo estaban.
“Aos olhos dos índios, os oriundos do mar océano parecian aflitos
Demais. Por que se afanaban tanto en seus fazimentos?
Por que acumulaban tudo, gostando mais de tomar e reter do que de dar,
Intercambiar?” (O Povo Brasileiro, Darcy Ribeiro)
El originario trabaja en la medida de lo sano, no concibe diferencia
entre arte y trabajo, por lo que el tiempo dispuesto a la producción
de elementos útiles para la recolección, la caza, la pesca, la cocina,
la vivienda o la vestimenta, contaba con una dosis de dedicación
artística basada en la inspiración propia de lo que es el servirse
de lo que es necesario, generando con sus propias manos
los recursos para llevar la vida a cabo.
Portugueses y españoles vinieron a imponer una forma de vida que
exige rutina y trabajo como padecimiento de una carencia.
“Temerían eles, acaso, que as florestas fossem acabar e,
Com elas, as aves e as caças? Que os ríos e o mar fossem secar,
Matando os peixes todos?” (Ídem)
En Amerrikua no se trabaja a causa de un sufrimiento,
por una carencia o por una necesidad de apego a algo que
genere utilidad. Por eso se vive en armonía con Natura!
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