No vale la pena la condena de la mente,
es mejor vivir como si no existe la muerte.
Sólo el tiempo desmiente o confirma.
Hay que vivir el antes de ayer que es el presente,
ni la memoria ni los testigos para siempre viven bien.
Guardar los ratos gratos y compartirlos con los gatos,
en tejados y basureros recordamos los soles cada mañana.
Todxs suponen y hablan, no ven, no creen,
creen ostentar la verdad,
pero entre lenguas se les enreda lo sustancial
la mentalidad del hombre joven...
Dándole tiempo al rumor, sin contemplaciones,
mientras vemos pasar las estaciones
es el ciclo...de la semilla y el fruto...
el cielo, han de pasar las estaciones
Pero es que dobles hay muchos demasiados enganchados atrapados
por ideas de otros mucho más despabilados.
Aguarda y confía, loco, nos enfrentamos al mañana
si la presión te estresa, no mires la hora
sólo ten en cuenta tus buenas intenciones.
Sí empiezas algo termínalo, domínalo,
la virtud y el empeño se juegan en el ahora.
Lo que piensa la tierra por dentro cansada de girar
lo sabremos sin demora,
mira tú alrededor y llora,
a falta de pañuelos escribimos versos como desconsuelo,
Dile al resto lo que se valora!
Asaltando el firmamento,
robando estrellas, borrando las huellas,
disimulando nuestras miserias,
sin problemas que nos desborden
sabemos que el universo pone las cosas en orden.
Nuestro orden se rige en lo naturalmente proyectado...
Los Cielos son compartidos por Soles Vagabundos,
También comparten los mundos, el amor por una estrella polar.

Foto: tomada y facilitada por Rosario R.